El edificio se planteó con el concepto de ser un espacio de uso público que invita a ingresar a través de la oclusión del espacio público mediante un volumen sobresaliente a manera de balcón; es pues una abstracción del típico balcón virreinal. Este primer espacio que encontramos nos direcciona hacia distintos accesos. Podemos seguir en camino con dirección al espacio público central o subir las escaleras que nos llevan a una terraza intermedia desde donde podemos ver la calle y el espacio público. Se presenta una conexión visual que nos hace sentir en ambos lugares a la vez, pero que también funciona como un espacio aislado e independiente.

El recorrido es parte fundamental del proyecto, ya que toma la idea de la acrópolis en donde tenemos espacios de pausa y continuidad. Nos encontramos con una sala gamer, una pista de baile y un gimnasio en un primer momento, lo que nos lleva hasta un rincón del proyecto para después redireccionarnos mediante una circulación contemplativa hacia el volumen suspendido en el que funciona la mediateca. Podemos ver desde su terraza la pista de patinaje por un lado y tener el acceso a una gradería con vista al espacio público por otro. Se trata de momentos y lugares en los que el usuario elige el que mejor se le acomoda o simplemente disfruta el recorrido que al final siempre lo lleva a donde todo empezó. Esto es la plaza central y el espacio público.