Como punto de partida se utilizó la premisa de hacer lo que uno quiera siempre y cuando se respeten los límites del cubo. Asimismo, como idea principal, se buscó tener una circulación que permita observar el espacio de mayor jerarquía en casi todo el momento del recorrido, desde el nivel más bajo hasta el más alto, el cual se presenta como la aproximación o la deformación de un elipsoide que en su momento representó un desafío estructural debido a la forma, el tamaño y sobre todo por su ubicación en el edificio.

Asimismo, se debía trabajar el espacio público que lo rodea, por ello, el proyecto cuenta con diversas plataformas, escaleras, puentes y rampas que conectan el entorno o contexto con el centro cultural. Este, como se dijo, se encuentra rodeado de un espacio público que fue pensado para ser en su mayoría verde, donde los usuarios puedan disfrutar del contacto con la naturaleza. Finalmente, se buscó ser lo menos invasivo en cuanto a mobiliario, por ello se le trató como una extensión de las barandas, las cuales son una extensión del suelo que aparece por momentos y se esconde por otros.