Hábitat para la acción de un artista escénico
"Diseñar espacios que generen sensaciones en las personas a través de la arquitectura"
El proyecto se desarrolla en el Centro de Lima, entre los jirones Rufino Torrico y Conde de Superunda. Tiene forma de L y alberga un programa diseñado para Fany Rodríguez y su escuela de danza, Dactilares. Por el ingreso de Torrico, se encuentra el restaurante, unos carritos de comida y los baños, cubiertos en su casi totalidad por muros de concreto frotachado o una celosía de madera, que sigue el ritmo vertical de los edificios colindantes, para enfocar la vista en el anfiteatro, que sin duda es el centro de atención y el lugar donde los bailarines se pueden desenvolver a cualquier hora del día, como quisiera la profesora de danza contemporánea Fany. Este tiene una terraza mirador en el segundo nivel, con un puente que rodea parte de él hasta llegar a otro salón de baile.
En el gran camino, que resulta ser el eje principal, se encuentra un pequeño patio entre dos salones de baile, donde en unas graderías se puede disfrutar de un espectáculo improvisado por los estudiantes, mientras se come algún producto de la cafetería. El programa fue pensado para que el primer nivel fuera público y los dos superiores, más privados; por lo que, en el segundo piso, se encuentra la vivienda del artista; y la residencia de los estudiantes bailarines en el segundo y el tercero. El aspecto principal del proyecto lo constituyen sus patios, donde se viven experiencias diferentes. Estos fueron pensados con la intención de que los estudiantes, al ver la naturaleza, se desconectaran del mundo exterior, y se sintieran en un lugar pacífico y seguro, donde puedan fluir.