El proyecto consiste en una intervención sobre la residencial Santa Cruz, que pretende transformar y reactivar el conjunto de viviendas. Se desarrolla una escuela que si bien cuenta con sus propias complejidades esta no se entiende como un fin en sí mismo, sino como un medio y una oportunidad para alcanzar objetivos mayores a escala de ciudad. La intervención partió del modelo de ciudad-jardín, como una alternativa que propone formas de ocupación sostenibles y eficientes. Así, el concepto parte de elevar una segunda ciudad que actúe como filtro entre la vivienda y la ciudad. A la vez que se libera la planta baja para introducir una serie de programas y jardines que activen la residencial, se le transforma en un foco para la comunidad.

De allí, la escuela se relaciona íntimamente con el jardín, que se plantea como un gran invernadero productivo que envuelve una megaestructura permeable, la cual acoge el programa educativo y comercial. Este invita a los vecinos a formar parte de esta nueva escuela abierta, en la que la pedagogía se basa en la relación con la naturaleza. Finalmente, a lo largo de la residencial, se colocan tipologías de invernadero, aviario y jardín de yoga, que invitan a la comunidad a aprender en estos.