El proyecto final tiene como objetivo rendir un tributo a la luz y la sombra mediante un programa específico y relaciones espaciales. El diseño jerarquiza y organiza los espacios, desde el ingreso hasta los espacios de congregación, meditación, descanso y observación, lo que proporciona experiencias únicas a medida que los visitantes exploran los espacios subterráneos a 20 metros bajo la cota cero.

Asimismo, la composición incorpora una estructura de rampas que guían el recorrido vertical, lo cual facilita conexiones visuales con el entorno y ofrece puntos de observación estratégicos en su interior. La entrega final del proyecto se materializó a través de seis plantas, cuatro cortes, la maqueta a escala y una axonometría que muestra la maqueta cortada: todo esto da vida a este tributo arquitectónico a la luz y la sombra.