El pabellón Altamar, localizado en la Costa Verde, Magdalena del Mar, se inspira en la forma de la malagua, una especie marina perteneciente a las medusas, que habita en el océano. Esta forma orgánica permitirá una integración no forzada entre los habitantes del entorno inmediato. El nombre determinado para el pabellón invita al usuario al cuidado del mar, y evidencia la importancia y las riquezas que nos proporciona mediante la gastronomía. El enfoque del pabellón será gastronómico debido a la cercanía con el Instituto de Cocina. La propuesta del proyecto tiene como objetivo crear un espacio público capaz de componer el entorno y que los habitantes se integren en él.

Cuenta con 4 volúmenes principales, los cuales se diferencian en tamaño, debido a que cada uno cumple con una función distinta. La estructuración de este se dará mediante el uso de mallas metálicas, como el alucobond, un material que permite el desarrollo de formas orgánicas. No existe desconexión en el proyecto. Los puentes curvos que continúan con las formas de los brazos de mi cubierta y que, a la vez, funcionan como rampas contribuyen al uso del espacio público tanto inferior como superior. Al mismo tiempo, el espacio público complementa el proyecto con los hundimientos planteados.