El concepto nació de una adaptación al paisaje, se ubica en el mar y la forma surgió de las rocas que aparecen en los acantilados como respuesta a la presencia del agua y su fuerza. Estas formas se moldean por el mar y es lo que se buscaba representar con la forma del proyecto. La morfogénesis, además de las rocas, partió de las radiolarias, protistas ameboides que producen esqueletos minerales (plancton) en el océano.

Para no realizar las perforaciones de forma aleatoria se tomaron de referencia las burbujas del océano; en esta línea, se intentó mimetizar el proyecto con el mar y buscar que este se pierda poco a poco en el horizonte. Por ello, en ciertos puntos finales, el agua ingresa al proyecto y el proyecto ingresa al agua. Las pozas de agua al final del proyecto simulan mucho más a las burbujas que se forman en la costa; estas burbujas se convierten en las perforaciones del proyecto y se reducen en número conforme se acercan a tierra.